Redacción
En un movimiento sin precedentes que rompe con la tradición de deferencia hacia los expresidentes, Donald Trump ha vuelto a utilizar la Casa Blanca como escenario para ridiculizar a su antecesor y rival político, Joe Biden.
Este miércoles se inauguró la “Pasarela de la Fama Presidencial”, una galería de retratos en el columnario que conduce al Despacho Oval, donde todos los presidentes están representados con sus fotografías, excepto Biden, a quien, a consideración de Trump, era mejor colocar otra imagen en su lugar.
Cambian foto de Joe Biden por una firma mecánica como retrato oficial
El elemento central de la polémica es la sustitución del retrato tradicional por una fotografía de un ‘autopen’, un dispositivo mecánico utilizado para replicar una firma de forma precisa. La imagen muestra el momento en que la máquina estampa la firma de Biden sobre un documento. Un alto funcionario de la Casa Blanca, bajo condición de anonimato, confirmó que esta idea fue del propio presidente Trump.
La galería en sí consiste en una serie de retratos en blanco y negro enmarcados en oro —el color preferido de Trump— que cuelgan en el columnario exterior del Ala Oeste. La cuenta oficial de la Casa Blanca en X (antes Twitter) publicó imágenes del presidente observando la instalación, mientras que Margo Martin, asesora de comunicaciones, compartió un video que recorre la galería, donde se aprecia con claridad la inusual representación de Biden.
Trump cumple su anuncio y ataca de nuevo
Este gesto no es espontáneo, sino la materialización de una advertencia pública. A principios de septiembre, en una entrevista con The Daily Caller, Trump ya avanzó sus intenciones: “Pondremos una foto del autopen”.
En esa misma conversación, el presidente dejó claro que no todos los expresidentes recibirían el mismo trato, rompiendo con la norma no escrita de respeto entre quienes han ocupado el cargo.
La acción se enmarca en una narrativa más amplia que Trump ha construido alrededor de Biden. Desde hace meses, el presidente republicano ha acusado a su predecesor de haber sufrido un “deterioro cognitivo” hacia el final de su mandato, sugiriendo sin pruebas que su equipo utilizó el autopen para firmar documentos importantes sin su pleno conocimiento. Incluso emitió un memorando en junio ordenando una investigación sobre el uso del autopen durante la administración Biden.
El autopen: una práctica común convertida en arma política
Lejos de ser un instrumento irregular, el autopen ha sido utilizado por presidentes de ambos partidos durante décadas para firmar cartas, proclamaciones y otros documentos de carácter ceremonial o de alto volumen. Su uso está institucionalizado y no invalida los documentos que rubrica.
Sin embargo, Trump ha insistido en presentarlo como una muestra de incapacidad. “Yo nunca lo uso”, declaró a periodistas en marzo, añadiendo que, en todo caso, solo sería para enviar “una carta a un joven”, pero consideró “vergonzoso” usarlo para indultos o órdenes ejecutivas. Biden, por su parte, negó rotundamente las insinuaciones: “Tomé las decisiones durante mi presidencia. Cualquier sugerencia de que no lo hice es ridícula y falsa”.
La “Pasarela de la Fama Presidencial” se erige como un símbolo más de la política profundamente personalista y confrontacional de Donald Trump. Al utilizar un espacio tan emblemático como la Casa Blanca para un acto de burla institucionalizada, Trump no solo busca reavivar sus acusaciones infundadas contra Joe Biden, sino que consolida un estilo de gobierno donde la polarización es un elemento central.