Redacción
Las visitas de líderes extranjeros a la Casa Blanca solían ser ocasiones para la diplomacia cara a cara, gestos amistosos entre aliados y fotos protocolares.
Pero la humillación pública que el presidente Donald Trump le hizo al presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, en febrero, ha trastocado las normas tradicionales de la Oficina Oval, causando pánico entre algunos líderes internacionales.
“No estás actuando tan agradecido”, reprendió Trump a Zelensky, mientras el vicepresidente J.D. Vance se sumaba al ataque frente a la prensa internacional.
Mientras el líder ucraniano pedía más apoyo en la guerra contra Rusia, Trump llegó a amenazar con abandonar por completo a Ucrania, y la reunión terminó siendo poco más que un intercambio de gritos.
Los dignatarios extranjeros tomaron esa visita —así como las infundadas acusaciones de genocidio contra el presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, y los tensos intercambios con el primer ministro de Canadá, Mark Carney— como señales de que las visitas a la Oficina Oval en el segundo mandato de Trump requerirán una preparación muy distinta.
Cinco ex diplomáticos de alto nivel que han coordinado este tipo de reuniones compararon la Casa Blanca de Trump con un ring de boxeo o un set de televisión.
Los dignatarios dijeron que ahora los líderes deben prepararse mentalmente para una especie de “jiu jitsu” diplomático, provocaciones, o incluso una adulación al estilo de Corea del Norte. Y nunca, bajo ninguna circunstancia, contradecir a Trump frente a una cámara.
“Nunca contradigas públicamente a Trump, porque él pierde el control y eso es algo que no puede aceptar”, dijo Gérard Araud, quien fue embajador de Francia en Estados Unidos durante el primer mandato de Trump.
Hay señales de que incluso el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, busca evitar cualquier confrontación en su visita planeada a la Casa Blanca este lunes, a pesar de su estrecha relación con Trump. Después de que Trump dijera el martes que planeaba ser “muy firme” con Netanyahu sobre la necesidad de un alto al fuego en Gaza, un funcionario israelí indicó que aceptaron los términos de una propuesta de cese al fuego de 60 días unas 24 horas después.
Trump 2.0
Para el exministro de Relaciones Exteriores de Lituania, Gabrielius Landsbergis, las visitas de líderes extranjeros a la Oficina Oval son “una oportunidad para que Trump se proyecte como un líder alfa, desplazando y menospreciando a otros”, dijo a CNN. “Esto es un show”.
El propio Trump dio a entender lo mismo al final de su reunión con Zelensky, bromeando: “Esto va a ser excelente televisión”.
Arturo Sarukhán, exembajador de México en Washington, describió estas reuniones como “vandalismo diplomático y provocación”.
Los dignatarios extranjeros dicen que el Trump 2.0 está en un nivel diferente incluso en comparación con su primer mandato. En 2017, estaba “aprendiendo a manejar el gobierno. Y creo que también aprendía los límites de su poder”, dijo Joe Hockey, exembajador de Australia en EE.UU.
El exembajador francés Araud dijo que Trump, en 2017, era “inseguro, no conocía el trabajo. Odiaba que lo trataran con condescendencia”.
Trump también ha reconocido que ahora se siente mucho más seguro ejerciendo el poder por segunda vez, y ha dejado claro que le importan menos las limitaciones o las críticas.
Este Trump que regresa es “mucho más abiertamente transaccional”, dijo Hockey, además de ser “un negociador mucho más formidable”. Desde enero, tanto aliados como enemigos han sido objeto de aranceles sin precedentes y de la humillación de tener que apaciguar a Trump para obtener mejores condiciones comerciales.
Y eso ha sacudido a algunos líderes, según Araud: “Los líderes europeos, especialmente, están en una especie de negación. Están en pánico”.