Redacción
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La comunidad internacional aumentó este lunes la presión sobre la junta militar birmana, con sanciones de Estados Unidos y del Reino Unido y una investigación de la ONU por “crímenes contra la humanidad”, un año después del golpe de Estado.
“Trágicamente, los informes recibidos durante el último año sugieren que más de mil personas han sido asesinadas en circunstancias que pueden calificarse como crímenes contra la humanidad o crímenes de guerra”, dijo en un comunicado Nicholas Koumjian, jefe del Mecanismo de Investigación Independiente de las Naciones Unidas para Birmania.
Este mecanismo, creado por el Consejo de derechos humanos de la ONU en 2018, tiene el mandato de recopilar pruebas que muestren que se cometieron crímenes internacionales en Birmania y que se violó el derecho internacional. El objetivo es poder construir un caso que facilite los procedimientos penales.
“Las fuerzas de seguridad detuvieron a miles de civiles en circunstancias que implican acusaciones creíbles de detención arbitraria, tortura, violencia sexual e incluso asesinato bajo custodia”, añadió el jefe del Mecanismo de Investigación Independiente.
“Los que planean cometer crímenes deben saber que los delitos internacionales graves no prescriben. La justicia internacional tiene una memoria muy larga y algún día los autores de los crímenes internacionales más graves cometidos en Birmania tendrán que rendir cuentas”.
Estados Unidos impuso sanciones financieras a siete personas y dos entidades “vinculadas con el régimen militar de Birmania” cuando se cumple un año del golpe de Estado que derrocó a la líder civil Aung San Suu Kyi.
