Redacción
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Información de La Jornada
El presidente Joe Biden se reunió con líderes cubano-estadunidenses para consultar cómo promover el apoyo al pueblo caribeño que vive bajo un “régimen comunista fallido”, y expresó: “Quiero que los cubano-estadunidenses sepan que (…) vemos su dolor, escuchamos sus voces y escuchamos los gritos de libertad que llegan desde la isla”, dejando en claro con ello una vez más que su política exterior tiene poco que ver con Cuba y casi todo con Florida.
En su presentación ante los cubano-estadunidenses en la Casa Blanca, Biden repitió su condena a la “represión” del gobierno cubano contra las manifestaciones del 11 de julio en la isla, acusando que se realizaron detenciones masivas, juicios engañosos y desapariciones, y que el dolor de los cubano-estadunidenses al ver a sus seres queridos sufrir es “intolerable”.
Reiteró que su gobierno ha tomado medidas para “apoyar la causa del pueblo cubano”, enumerando los esfuerzos diplomáticos para ejercer presión sobre “el régimen”, así como sanciones contra el jefe de las fuerzas armadas y una unidad de fuerzas especiales.
Anunció que este viernes se están agregando castigos contra la Policía Nacional Revolucionaria como contra su director y subdirector, y advirtió que se continuarán imponiendo más penas contra individuos que cometen “abusos”.
De hecho, el Departamento del Tesoro anunció formalmente las sanciones mencionadas por el presidente este viernes, e informó que su Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) sancionará a Óscar Callejas Valcarce y Eddy Sierra Arías, del Ministerio del Interior, así como a la Policía Nacional Revolucionaria.
Andrea Gacki, directora de OFAC, declaró que “el Departamento del Tesoro seguirá designando e identificando por su nombre a quienes facilitan que el régimen cubano cometa graves violaciones a los derechos humanos”.
En la Casa Blanca, Biden repitió ante sus invitados, pero sin ofrecer nuevos detalles ni medidas concretas, lo previamente anunciado por su gobierno de buscar cómo ampliar el acceso a Internet al pueblo cubano para poder evadir “la censura”, buscar mecanismos para maximizar el flujo de remesas a la población en la isla sin que las fuerzas armadas “tomen su parte” –algo que no sucede, según expertos– y trabajar en ampliar el personal en la embajada estadunidense en La Habana.
“Estamos ampliando nuestra asistencia a prisioneros políticos y disidentes”, añadió, pero sin detallar en qué consiste ese apoyo.