Redacción
Mencionar ‘Palo Santo’ evoca inmediatamente la imagen de varitas humeantes utilizadas para limpiezas espirituales. Sin embargo, existe un ‘Palo Santo’ mexicano, con una historia medicinal profundamente arraigada en la herbolaria tradicional y avalada por investigaciones de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Se trata del Eysenhardtia polystachya, un árbol cuyas propiedades van mucho más allá de su aroma, destacando en el tratamiento de afecciones gastrointestinales y malaria.
La información, compilada y verificada en la Biblioteca Digital de la UNAM, revela un perfil fitoquímico complejo y usos terapéuticos que han pasado de generación en generación, principalmente en comunidades de estados como Guerrero, Michoacán y Quintana Roo.
¿Qué es el Palo Santo Mexicano? Conoce su Botánica
Contrario al Bursera graveolens (Palo Santo sudamericano), el mexicano es un arbusto o árbol de hasta 8 metros de altura, originario de nuestro país. Se le identifica por sus hojas alargadas y puntiagudas, sus flores blancas en forma de campana que al secarse se tornan de un color café rojizo, y sus frutos en forma de cápsulas que no se abren.
Crece en climas cálidos, semicálidos y templados, entre los 800 y los 1,100 metros sobre el nivel del mar, asociado a bosques tropicales y de encino. En distintas regiones se le conoce con nombres como copalti (Estado de México), copalchi (Guerrero) o chaktiis (Quintana Roo).
La Biblioteca de la UNAM documenta el uso predominante de la corteza del tallo en la medicina tradicional. Sus aplicaciones más consistentes son:
Palo Santo: Usos medicinales tradicionales y modernos
La Biblioteca de la UNAM documenta el uso predominante de la corteza del tallo en la medicina tradicional. Sus aplicaciones más consistentes son:
- Gastroprotector: En Michoacán, un cocimiento de la corteza se administra para tratar gastritis y úlceras gástricas. También se emplea para “clarificar la sangre” y contra parásitos intestinales como las amibas y la solitaria.
- Antipalúdico y Antipirético: Históricamente, ha sido un recurso fundamental para combatir las fiebres palúdicas (malaria) y fiebres intermitentes.
- Uso Tópico: En Guerrero, las ramas hervidas se aplican como fomentos para sanar granos, llagas y manchas en la piel. Incluso en veterinaria se usa como antiséptico y cicatrizante.
La calidad de la planta se describe como “cordial”, un término tradicional que denota una cualidad benéfica y fortalecedora.
La ciencia confirma el uso químico y farmacológico del Palo Santo
La investigación científica ha comenzado a validar estos usos tradicionales. Los estudios químicos citados por la UNAM han identificado en la corteza diez derivados de cumarina, compuestos orgánicos conocidos por sus diversas actividades biológicas, además de alcaloides y saponinas.
Si bien la UNAM señala que la “escasa experimentación farmacológica no permite validar plenamente su efectividad” para todos sus usos, los resultados en el tratamiento antimalárico son positivos y alentadores.
El Palo Santo mexicano (Eysenhardtia polystachya) se erige como un ejemplo perfecto de cómo el conocimiento ancestral y la investigación científica pueden converger, abriendo puertas a futuros desarrollos de fitofármacos para el beneficio de la salud. Su conservación y estudio son esenciales para no perder un valioso recurso biocultural de México.