Redacción
Estados Unidos y la Unión Europea evitaron el peor escenario posible: una guerra comercial desastrosa entre aliados que amenazaba con aumentar los precios de una gran cantidad de productos y frenar el crecimiento de dos de las mayores economías del mundo. El marco generó una sensación de alivio para ambas partes, pero pocos celebran el acuerdo en sí.
El convenio, que establece un arancel del 15 % para la mayoría de los productos europeos que entran en Estados Unidos, es superior al arancel del 10 % que Trump impuso el 2 de abril y significativamente superior al promedio de alrededor del 1,2 % anterior a su presidencia. Sin embargo, es significativamente inferior a las enormes cifras con las que Trump había amenazado si no se llegaba a un acuerdo.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se reúne con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en el club de golf Trump Turnberry el 27 de julio de 2025, en Turnberry, Escocia.
Trump anuncia que EE.UU. y la UE acordaron un marco para alcanzar un acuerdo comercial
Un acuerdo con Estados Unidos parecía imposible a finales de mayo. Frustrado por la falta de progreso en las negociaciones con los 27 miembros de la Unión Europea, Trump anunció al mundo el 24 de mayo que había terminado de hablar con algunos de los aliados más fuertes de Estados Unidos.
“¡Nuestras conversaciones con ellos no llevan a nada!”, publicó Trump en Truth Social.
“No busco un acuerdo”, dijo más tarde ese mismo día en la Oficina Oval.
“Hemos cerrado el trato: es del 50 %”.
La declaración, y la amenaza arancelaria sorprendentemente alta, sorprendieron a los negociadores comerciales europeos y motivaron a los líderes europeos a actuar. Rápidamente acordaron impulsar las conversaciones.
Trump, quien ha tomado una simpatía especial por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se dejó convencer después de que ella lo llamara para decirle que la UE se comprometería a actuar “con rapidez y decisión”. Trump pronto se retractó de su amenaza y afirmó que las negociaciones continuarían.
Pero un acuerdo entre Estados Unidos y la Unión Europea, uno de los principales socios comerciales de Estados Unidos, había sido difícil de alcanzar durante meses.
Ambas partes se enfrentaron por la insistencia de Estados Unidos en imponer aranceles elevados al acero y al aluminio, la inminente imposición de aranceles a los productos farmacéuticos y el límite arancelario mínimo para prácticamente todos los productos, que la administración de Trump parece dispuesta a elevar al 15 %.
Los negociadores no lograron llegar a una resolución antes de la fecha límite inicial del 9 de julio, una de las razones por las que el Gobierno de Trump pospuso la fecha de entrada en vigor de sus aranceles “recíprocos” al 1 de agosto. A pocos días de la prórroga, mientras Trump visitaba Escocia, se reunió con van der Leyen y ultimaron un marco para un acuerdo: uno escueto en detalles y con muchas salvedades, pero que, sin embargo, supuso un alivio muy buscado por ambas partes.