Redacción
Información Diario de Querétaro
Corría el año de 1910 y los queretanos se preparaban para celebrar el primer centenario de la Independencia de México. Como parte de los festejos, se ideó levantar un monumento en honor a una de las figuras clave del movimiento insurgente: Doña Josefa Ortiz de Domínguez. La estatua, que aún hoy se yergue en el Jardín de la Corregidora, fue inaugurada el 13 de septiembre en una gran ceremonia que convocó a cientos de pobladores.
De aquel acto inaugural quedan como testimonio las crónicas de la época, fotografías antiguas y un documento poco conocido que guarda en su archivo personal el cineasta y periodista queretano Rubén Darío Arvizu. Se trata de un boceto original que representa a un hombre liberándose del yugo de la esclavitud, figura que fue colocada en el pedestal de cantera rosa del monumento.
El dibujo contiene anotaciones al margen dirigidas al ingeniero Carlos Noriega, presumiblemente autor del diseño de la escultura. Una de las inscripciones dice: “El detalle que estaba dibujado en esta cartulina representando al esclavo, se entregó al Sr. Rosendo Rivera para remitirlo al señor ingeniero Carlos Noriega que lo pidió para saber su costo”. El documento está fechado el 26 de febrero de 1909.
En entrevista con Diario de Querétaro, Rubén Darío Arvizu —también productor y director de doblaje para cine y televisión, radicado en Estados Unidos desde hace 42 años— relata que adquirió el boceto en 2002, tras encontrarlo a la venta en una página de internet. Desde entonces, lo ha conservado y ahora busca regresarlo a México para que forme parte del patrimonio histórico. No obstante, asegura que ni el Archivo General de la Nación ni el Archivo Histórico del Estado de Querétaro han mostrado interés en recibirlo.
Cuenta que la única respuesta que obtuvo del director general del Archivo General de la Nación, Carlos E. Ruiz Abreu, fue: “En atención al correo que antecede, sugiero que el documento esté en el Archivo del Estado de Querétaro o que se acerque al Teatro de la República donde se firmó el Tratado de la Constitución”.
Rubén Darío también ha intentado establecer contacto con el Municipio de Querétaro, pero afirma que la respuesta ha sido similar: indiferencia.
“Mi único interés es que el documento forme parte de la historia tangible del país, y que pueda abonar a la preservación de la memoria”, recalca.
Actualmente, Arvizu trabaja en el libro Los héroes anónimos que México olvidó, sobre la Guerra México–Estados Unidos (1846–1848) y, al revisar sus archivos, se reencontró con el boceto. Detalla que el dibujo representa con precisión a ese personaje, que ha sufrido daños a lo largo del tiempo.
“El dibujo muestra con precisión a ese personaje, que por cierto ha sufrido vandalismo casi desde que fue inaugurado el monumento, ya que varias veces se le ha despojado, por robo o malicia, la espada que tiene (o tenía) en un puño”, asevera.
Además del boceto, el periodista conserva una carta original relacionada con los preparativos del Centenario de la Independencia en 1910. Es un documento emitido por la famosa empresa estadounidense Whitehead & Hoag, que fue líder en la producción de botones, insignias y medallas, con sede en Nueva Jersey. La carta, escrita en español, detalla un pedido de botones y adornos encargados especialmente para la Fiesta Nacional.
Rubén Darío Arvizu espera que estos materiales puedan algún día regresar a México y ocupar el lugar que les corresponde como piezas significativas de nuestra historia.