Redacción
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Este fin de semana, el Gobierno cubano aprobó una serie de decretos-leyes que legalizarán y regularán la creación y el funcionamiento de “Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (MIPYMES)” en la isla.
Además, concretarán las “Cooperativas No Agropecuarias“, hasta ahora ensayadas como experimento y actualizarán la regulación del “trabajo por cuenta propia”, ese eufemismo que define al autoempleo o trabajo autónomo y a la empresa privada en Cuba.
La nota oficial publicada en la web de la Asamblea Nacional (el Parlamento unicameral cubano) no aclara demasiados detalles: las MIPYMES podrán ser de propiedad estatal, privada o mixta y su clasificación dependerá del número de personas ocupadas, incluidos los socios: entre 1 y 10 personas en microempresas, entre 11 y 35 en pequeñas empresas, y entre 36 y un máximo de 100 en la mediana empresa.
Así que “todo lo que se diga ahora es especulativo”, porque faltan los detalles, señala a DW el economista cubano Ricardo Torres.
“Lo importante en Cuba está en los detalles, y estamos tan acostumbrados a decepcionarnos con los detalles, que francamente no quiero pecar de ser demasiado optimista”, advierte. Y recuerda que “la legislación cubana suele ser bastante omisa y ambigua”.
Preguntas (aún) sin respuesta
Existen al menos tres preguntas claves sobre las PYMES privadas que aún no tienen respuesta en Cuba, insiste por su parte en Twitter el también reconocido economista cubano Pedro Monreal, y enumera: “a) ¿se adoptaría posteriormente una ley de apoyo a las PYMES?, b) ¿tendrían una función en la creación de grandes empresas?, y c) ¿tendrían un espacio político?”
Las PYMES, “son emprendimientos dinámicos, ofrecen empleo, generan ingresos, y actúan como conectores del tejido económico”, pero -al mismo tiempo- “son entidades frágiles, con una alta tasa de fracasos”, explica Monreal.
Así que lo mismo podrán requerir apoyo, que fortalecerse al punto de exigir “mayores reformas y el funcionamiento de una gobernanza transparente del sistema económico.”
Otra pregunta que se hace Monreal, tiene que ver con su cálculo de que unas 14.000 PYMES pudieran surgir en corto tiempo en la isla, que hoy cuenta con apenas 1.807 empresas estatales y 257 sociedades mercantiles. Y donde, según la prensa estatal, más de 600.000 “trabajadores por cuenta propia” representaban ya desde 2018 más del 13% de la fuerza laboral ocupada del país.