Redacción
Diez días después de que se revelaran imágenes de su viaje a Tokio, Andrés Manuel “Andy” López Beltrán, secretario de Organización de Morena e hijo del expresidente López Obrador, rompió el silencio con un contundente mensaje: acusó a sus adversarios políticos de orquestar un espionaje en su contra durante sus vacaciones en Japón.
En un comunicado, publicado en sus redes sociales, defendió que su viaje fue pagado con sus recursos y que vivió en “justa medianía”, desmintiendo rumores de lujos excesivos.
Las acusaciones de López Beltrán: “Campaña de linchamiento político”
López Beltrán aseguró que su viaje a Japón fue autorizado por la dirigente nacional de Morena, Luisa María Alcalde, y que lo financió con sus propios ingresos tras “extenuantes jornadas de trabajo”.
Detalló que voló en clase comercial con escala en Seattle y se hospedó en un hotel de 7 mil 500 pesos por noche, incluyendo desayuno, negando categóricamente que usara un jet privado o un hotel de 50 mil pesos.
El morenista arremetió contra sus críticos, a quienes llamó “hipócritas conservadores”, por enviar espías a fotografiarlo en Tokio. Según él, estas acciones buscaban crear una campaña de desprestigio con acusaciones falsas, como el uso de aviones militares o estancias en resorts exclusivos.
Aunque las imágenes lo mostraron en el distrito de lujo de Aoyama (incluyendo una visita a una tienda Prada), López Beltrán insistió en que su estilo de vida sigue los principios de humildad y austeridad de Morena. Citó a Benito Juárez: “El poder es humildad”.
Reacciones: Sheinbaum y la congruencia de la 4T
La presidenta Claudia Sheinbaum evitó criticarlo directamente pero recordó que “el poder se ejerce con humildad” y que los funcionarios deben actuar con congruencia, en alusión al lema de Morena: “No puede haber gobierno rico con pueblo pobre”.
Mientras, el diputado Daniel Asaf, cercano a AMLO, apareció en fotos junto a López Beltrán en el Hotel Okura (5 estrellas), lo que avivó más cuestionamientos.
El escándalo surgió cuando López Beltrán no asistió a la VIII Sesión Extraordinaria del Consejo Nacional de Morena el 20 de julio. El vocero Arturo Ávila justificó su falta, explicando que el viaje estaba programado desde antes.
La polémica reabre el debate sobre el estilo de vida de la élite morenista y si contradice su discurso de austeridad. Mientras López Beltrán insiste en que fue víctima de espionaje y difamación, sus críticos ven incongruencias en sus gastos y exigen transparencia.