Redacción
Adán Augusto López ha reaparecido en la mañana de este domingo para asistir al Consejo Nacional de Morena en la capital de México, después de días sin contacto público con la prensa, que lo rodeó en un enjambre sin dejarle avanzar. Más allá del tuit que envió el viernes, a instancias de la presidenta Claudia Sheinbaum, para dar su versión sobre la orden de captura de quien fue su secretario de Seguridad en Tabasco, Hernán Bermúdez, acusado de liderar un cartel criminal, el coordinador de los senadores morenistas no había dado la cara hasta ahora.
De camisa blanca y chaleco guinda, el político ha acusado de “politiquería” a quienes tratan de asociarlo con esa trama de narcotráfico. “Yo lo que tenía que decir ya lo dije”, esto es, que se pone a disposición de las autoridades que lo reclamen y que sigan las investigaciones.
El senador está en la punta de mira de todo el país por el escándalo desatado en Tabasco tras conocerse que hace meses que hay órdenes judiciales para capturar al prófugo Hernán Bermúdez, conocido como Comandante H, jefe de Seguridad cuando Adán Augusto era gobernador del Estado sureño (2019-2021).
Preguntado esta mañana por los periodistas si él no estaba al tanto de lo que ocurría en aquellos años, ha contestado con lo de la “politiquería” y ha vuelto a exhibir los cambios que operaron en Tabasco a favor de la seguridad cuando él tomó el poder, unos datos muy cuestionados. “Recibimos un gobierno del PRD y entonces Tabasco era el primer lugar en secuestro. Era el primer lugar en extorsión”, ha dicho, acosado por los micrófonos.
Adán Augusto, hombre de confianza del líder de Morena, Andrés Manuel López Obrador, a quien tiene fijado en sus redes sociales con mensajes de lealtad y orgullo, ha declarado esta mañana: “Es el momento de cerrar filas en torno a la presidenta y al gobierno”.
El líder de la fracción parlamentaria de Morena en el Senado fue recibido en el Consejo Nacional del partido con gritos de “no estás solo”, después de su mención por parte del presidente del Consejo Nacional, Alfonso Durazo.
Esta reacción de los militantes se compadece con el cierre de filas que han venido protagonizando los cuadros morenistas desde que estalló el escándalo. La propia Luisa María Alcalde, dirigente del movimiento, ya había dicho ante la prensa que no era el político tabasqueño el que tenía que salir a aclarar la situación sobre la presunta relación con el grupo criminal La Barredora. Este domingo, sin embargo, no ha puesto paños calientes y ha asegurado que no se protegerá a nadie, “sea o no militante”, que traicione los principios del partido.
También en un principio, para aminorar daños, la presidenta Claudia Sheinbaum afirmaba que no se estaba investigando a Adán Augusto López. Pero después se decantó por la pertinencia de que el senador saliera a aclarar su versión sobre el asunto. La respuesta fue inmediata. El mismo viernes, cuatro horas después, Adán Augusto aseguró en sus redes sociales que durante su mandato enfrentó “grandes retos de seguridad” y “redujo sustancialmente la actividad delictiva” del Estado. Aunque aclaró que las investigaciones de integrantes del Gobierno local eran públicas, evitó hacer referencia directa a Hernán Bermúdez.
Lo ocurrido en Tabasco ha sembrado dudas persistentes, cuando no la convicción, de que el gobernador no podía estar al margen de lo que hacía su jefe de Seguridad, que aún permaneció en el cargo cuando Adán Augusto marchó a Palacio Nacional para ser secretario de Gobernación de López Obrador, con el que mantiene estrecha amistad y al que siempre ha tratado de “hermano”.