Redacción
La guerra en Ucrania ha captado la atención de muchos, pero lo que está sucediendo en México puede conmover tu corazón. Shesit, de 13 años, comparte el profundo dolor que siente tras la muerte de su padre, Mario Lover Martínez, un ex policía federal que decidió unirse a la Legión Internacional de Ucrania para combatir. En una trágica vuelta del destino, Mario perdió la vida el 9 de junio durante un bombardeo en Ucrania.
Mientras Shesit intenta lidiar con esta inmensa pérdida, su madre Karime Valero clama por ayuda del gobierno mexicano para repatriar el cuerpo de su esposo. Sin embargo, desvela que hasta la fecha, solo ha recibido apoyo mínimo de la Embajada de Ucrania.
“No hemos tenido apoyo de nada por parte de la Embajada de aquí de México,” dice Karime, quien ha sufrido el peso de organizar los trámites para repatriar a su pareja con un costo aproximado de 100 mil pesos, explicó René Cruz.
Ella hace un llamado directo a la presidenta Claudia Sheinbaum: “Yo quisiera que la presidenta nos apoyara, estamos desesperados. No tenemos ni idea de cómo darle cristiana sepultura”.
Policías mexicanos prefieren arriesgarse en la guerra de Ucrania que aceptar invitaciones del crimen organizado
Lo inquietante es que, tras la decisión de Mario Lover, otros expolicías federales están siguiendo sus pasos, atraídos por la posibilidad de sumar ingresos significativos en medio de la crisis económica. Se habla de que quienes se enlistan pueden ganar hasta 4 mil 800 dólares por mes (casi 90 mil pesos), dependiendo del nivel de peligro en el que se encuentren.
De acuerdo con la información de la Legión Internacional, el pago para quienes se mantengan detrás de la línea de combate es de 550 dólares (10 mil 200 pesos); por servir en zonas de peligro la remuneración se incrementa a mil 100 dólares (20 mil 400 pesos), y para quienes estén desplegados en combate la paga es de 4 mil 800 dólares (89 mil 200 pesos). Las familias de los soldados caídos reciben una indemnización de 15 millones de grivnas, equivalentes a 6.9 millones de pesos.
Adrián López, quien también está considerando unirse, expresa: “Es preferible buscar mejores condiciones de vida que aceptar la invitación del crimen organizado. No es nuestra opción. Preferimos salir, tener un recurso mayor.”
La situación no es sencilla. Según el analista de seguridad y justicia, Bernardo León, al enlistarse con un gobierno extranjero, los ex uniformados podrían enfrentarse a consecuencias legales en México, ya que se convierten en mercenarios. Y si son detenidos, sería Rusia quien los procesaría como delincuentes.
Con la guerra de Ucrania en curso, la historia de Mario y su familia no es solo sobre un héroe, sino que plantea interrogantes sobre la juventud, el sacrificio y las decisiones difíciles que muchos policías mexicanos enfrentan hoy. La pregunta que queda es: ¿qué están dispuestos a sacrificar por un futuro mejor? En un mundo lleno de incertidumbres, el futuro de estas familias se debate entre el riesgo y la esperanza.