Redacción
- ¡Cúbrete, Serafina !- La otra jaló el vestido hasta que le tapó la rodilla. A mi esposa le causaron tan buena impresión que les ofreció vermouth con galletas y ellas se lo tomaron con mucha decencia”.
Esto relata Radomiro Reyna Razo cuando vendió su rancho a las hermanas Baladro, como se describe en el libro “Las Muertas” de Jorge Ibargüengoitia, que aborda el caso de Las Poquianchis en forma novelada y muy mordaz.
La obra en 18 capítulos cuenta la historia de terror, donde secuestros, asesinatos, tortura, trata de blancas, prostitución, sobornos, inhumación y exhumación de cuerpos fueron cruentamente realizadas por las hermanas Baladro, que en la realidad eran las hermanas González Valenzuela, conocidas como “Las Poquianchis”.
De forma magistral Jorge Ibargüengoitia en su obra Las Muertas, describe esta historia que conmocionó a Jalisco y a Guanajuato.
En los tres primeros capítulos de Las Muertas, titulados: “Doble Venganza”, “El caso de Ernestina, Helda o Elena” y “Un Viejo Amor”, se cuenta como Serafina, quien fue amante de Simón Corona por tres temporadas hasta que la abandonó en Acapulco y volvió a Salto de la Tuxpana, lo buscó para vengarse, le disparó e incendió su panadería.
Él en su declaración cuenta que la responsable del ataque hacia él y a su empleada fue Serafina, quien en una ocasión le preguntó si no la quería por ser una madrota y platica a la policía de cuando había ayudado a Serafina a enterrar a una muchacha muerta en un tugurio de Arcangela, lo cual le costaría con el tiempo seis años de cárcel…
Ella por su parte declaró que conoció a Simón, que era un hombre bruto; lo hizo por primera vez en la Casa del Molino, le dio empleó, pero tras el abandono, quedó despechada y buscó venganza.
En los capítulos del cuatro al ocho – “El Capitán Bedoya” (IV), “Las Casas” (V), “Dos incidentes y un Tropiezo (VI)”, “Una vida” (VII) y “La Mala Noche” (VIII), ocurren hechos fundamentales en la historia: el Capitán Bedoya termina siendo hombre de Serafina, a quien le vende armas para su venganza. Se convierte en socio de las Baladro en todas sus fechorías. Inclusive el militar advierte a Arcángela que su hijo anda metido en el narcotráfico. Ella llora desconsolada, pues tenía el sueño de que estudiara medicina en la Escuela de Pedrones.
Sobre los negocios de las Baladro, cuenta Eulalia Baladro de Pino que su padre era un hombre honrado y católico. Que su hermana Arcángela, le entró al negocio de las cantinas, cuando se quedó con un pequeño negocio, ya que eran prestamistas y con eso le habían pagado una deuda, al no encontrar contadores de derechos le entró al regenteo en Pedrones.
Le fue tan bien que proyectó una segunda sucursal, ofreciéndole la “Casa del Molino” en Pedrones, a su hermana Serafina. Arcángela se fue a San Pedro de las Corrientes, donde abrió “México Lindo”, el cabaret más importante de la ciudad.
Arcángela explica el éxito de su empresa; mucho orden, imposición de fichas por las chamacas, cobro al cliente y su toalla. Tras el servicio, la chica puede seguir trabajando y puede alcanzar hasta diez fichas. Se ufana que en más de 20 años de operación – según se relata en la novela- no le pudieron reclamar sobre la venta de alcohol, “Aquí es legal”.
En cuanto al reclutamiento de chamacas, una víctima identificada como Herminia, señala que la llevaron con engaños, le ofrecieron trabajo de criada en Pedrones y un pago de 250 pesos, pero terminó como prostituta y declaró las atrocidades vividas con el clan de Las Baladro.
Juan Cornejo, “La Calavera”, siempre habló bien de sus patronas y fue cómplice de todas las atrocidades contra las chicas. Participó en asesinatos, exhumaciones e inmunizaciones.
Posteriormente Serafina planeó un tercer prostíbulo en Concepción de Ruiz, a 20 kilómetros de Pedrones y a 23 de San Pedro de las Corrientes, así nace el “Casino del Danzón”. Un sitio con 15 habitaciones y 15 baños, todo de super lujo y con un ambiente marítimo.
De la gloria al infierno
El “Casino del Danzón” fue inaugurado un 15 de Septiembre, asistiendo al evento el secretario particular del gobernador de Plan de Abajo y su homólogo del Estado de Mezcala, además de diputados y bancarios. Celebraron el grito y el licenciado Canales, de Plan de Abajo, vitoreo el Casino del Danzón y a las Baladro, lo cual consecuentemente terminó con su carrera y su apoyo a las Leoninas.
El 2 de Marzo de 1962 el gobernador Cabañas proscribe prostitución y asesinato para las hermanas. Las Baladro, en capa caída para diciembre de ese año, asesinan a Beto, hijo de Arcángela.
Del capítulo ocho hasta el 18 se relata el enojo de las Baladro por la medidas impuestas por el gobernador Cabañas, que las dejó sin negocio, acusando sus tropelías de matanza, además sus acciones legales para reabrir sus negocios fueron revocadas.
Vivieron a salto de mata y llevaron a sus pupilas casi a la muerte por la hambruna. El descubrimiento de las fosas clandestinas en sus casas y en el rancho fueron las principales causantes de su captura.
Durante todo el proceso penal las Baladro y sus compinches cayeron en contradicciones y en todo momento se dijeron inocentes. Bedoya y Nicolás “el Valiente”, las echaron de cabeza.
El Juez Peralta impuso justicia y las condenó a la cárcel, así terminó una oscura época en Pedrones, San Pedro de los Corrientes y Concepción de Ruiz.
Una novela corta que se puede leer de un tirón, más que recomendable. Las Muertas hoy están más vivas que nunca, en los próximos días estrenará la serie basada en las fechorías de Las Poquianchis, por Netflix.
Personajes, ciudades y tugurios en Las Muertas
- Los personajes de Ibargüengoitia: Las hermanas Baladro (Arcángela, Serafina, Eulalia), El Escalera, El Valiente Nicolás, Capitán Bedoya, La Calavera, Blanca, el licenciado Rendón, el juez Peralta, El Ticho, Simón Corona, el gobernador Cabañas y otros más.
- Sobre los lugares donde ocurrieron los hechos: San Juan del Camino, Salto de la Tuxpana, San Pedro de las Corrientes, Pedrones, Estado del Plan de Abajo, Estado de Mezcala, Cuévano y Concepción de Ruiz.
- Los negocios de las Baladro: “Cielito Lindo”, “Casa del Molino” y la “Casa del Danzón”.