Redacción
El reconocido rapero y productor musical Sean Combs, mejor conocido como P. Diddy, se encuentra en el centro de una tormenta legal tras ser acusado de varios delitos federales, incluyendo tráfico sexual por la fuerza, conspiración para cometer crimen organizado, fraude, coerción y transporte para ejercer la prostitución.
Hallazgos impactantes en su habitación de hotel
Durante su detención en septiembre del año pasado en el lujoso hotel Park Hyatt de Nueva York, agentes del Departamento de Seguridad Nacional descubrieron elementos comprometedores en la habitación del artista. Fotografías presentadas durante el juicio el 16 de mayo muestran:
- Varias botellas de aceite de bebé Johnson y lubricante Astroglide, localizadas en el baño y en bolsas del armario.
- Un dispositivo de iluminación ambiental, presuntamente usado durante los encuentros privados.
- Un bolso Louis Vuitton que contenía un frasco etiquetado como clonazepam, pero en su interior había dos bolsas con polvo rosa. Análisis confirmaron que contenían ketamina y MDMA (éxtasis).
- Una cangurera con $9,000 dólares en efectivo, colgada de una cama.
Las fiestas “Freak Offs” y el modus operandi
Según testimonios presentados por la Fiscalía, P. Diddy organizaba eventos privados llamados “Freak Offs”, descritos como “espectáculos sexuales” donde se suministraban drogas y alcohol a los asistentes, muchos de ellos presuntamente ‘escorts’.
Durante estos encuentros, se exigía a los participantes cubrir sus cuerpos con aceite de bebé para lograr un efecto “brillante”, una estética que, según se alega, era parte de las exigencias personales del artista. Los fiscales afirman que Combs controlaba todos los aspectos de estas reuniones, desde los invitados hasta la ambientación.
Un juicio de alto perfil que sacude la industria musical
El juicio federal contra Sean Combs comenzó el 5 de mayo, con cargos que lo acusan de liderar una red criminal dentro de su imperio musical. La Fiscalía sostiene que utilizó su poder y recursos para ocultar delitos graves durante más de una década, incluyendo tráfico sexual, trabajo forzado, secuestro, incendio provocado, soborno y obstrucción de la justicia.
P. Diddy, de 55 años, permanece detenido sin derecho a fianza desde su arresto, y enfrenta una de las batallas legales más serias en la historia reciente del entretenimiento estadounidense.