Redacción
Un tribunal de Australia condenó a Jason y Kerrie Struhs, padres de una niña de ocho años con diabetes tipo 1, a 14 años de cárcel por homicidio involuntario. La niña, Elizabeth Struhs, murió en enero de 2022 tras sus padres y otros miembros de la secta religiosa The Saints negarse a administrarle insulina y buscar atención médica, en lugar de orar por su curación.
El tribunal determinó que los padres sabían que la niña moriría sin la medicación, pero no tomaron medidas para obtener tratamiento. Además, el líder de la secta, Brendan Stevens, fue condenado a 13 años de prisión por persuadir a los padres de abandonar el tratamiento médico.
El grupo, compuesto por 14 personas, también fue culpable de homicidio involuntario, con penas de entre 6 y 9 años para otros miembros, incluidos el hermano mayor de la víctima. La secta cree que la oración puede curar enfermedades, lo que llevó a la trágica muerte de Elizabeth.
El caso destaca el peligro de las creencias extremas y su impacto en la salud de los niños.