Redacción
El cambio climático es un tema de debate global, pero la evidencia científica es clara: este fenómeno es real y está ocurriendo a un ritmo acelerado.
A continuación, se presentan cinco datos clave que demuestran su existencia y su impacto en el planeta.
Gases de efecto invernadero y calentamiento global
La atmósfera mantiene la temperatura de la Tierra gracias a los gases de efecto invernadero (GEI), como el CO₂ y el vapor de agua. Sin ellos, el planeta sería un lugar inhóspito con una temperatura promedio de -19°C. Sin embargo, el exceso de GEI generado por la actividad humana ha elevado la temperatura global, alterando los patrones climáticos.
El impacto de la Revolución Industrial
Desde la era industrial, la quema masiva de combustibles fósiles ha aumentado drásticamente las concentraciones de CO₂ en la atmósfera. Este desequilibrio térmico ha resultado en el derretimiento de los glaciares, el aumento del nivel del mar y la alteración de ecosistemas enteros.
Evidencia en los registros históricos
El análisis de burbujas de aire atrapadas en el hielo polar revela que los niveles de CO₂ y la temperatura han estado ligados durante millones de años. Sin embargo, el calentamiento actual no tiene precedentes en términos de velocidad y magnitud, lo que indica que no es un ciclo natural, sino impulsado por la actividad humana.
Eventos climáticos extremos en aumento.
El cambio climático está intensificando los fenómenos meteorológicos. Huracanes más potentes, olas de calor extremas, incendios forestales devastadores y sequías prolongadas son cada vez más frecuentes y destructivos, afectando tanto a la biodiversidad como a la economía global.
El umbral crítico ya ha sido superado
En 2024, la temperatura global superó el límite de 1.5°C establecido en el Acuerdo de París, un umbral clave para evitar consecuencias climáticas irreversibles. La comunidad científica advierte que, sin medidas urgentes, los impactos serán aún más graves y generalizados.
Los datos científicos confirman que el cambio climático es real y está impulsado por la actividad humana. Actuar ahora es esencial para frenar sus efectos y proteger el futuro del planeta.
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