Redacción
El verano no solo trae calor, vacaciones y ropa ligera; también es, según especialistas, la temporada alta de las infidelidades. El aumento del tiempo libre, la relajación de las rutinas, la exposición del cuerpo y la sensación de libertad propician un entorno ideal para que muchas personas transgredan los límites de sus relaciones estables.
¿Qué provoca la infidelidad en las vacaciones de verano?
De acuerdo con una encuesta realizada por Gleeden —plataforma de encuentros extraconyugales con más de 13 millones de usuarios en el mundo—, el 84% de sus usuarios siente un incremento en su deseo sexual durante la época estival, y un 68% reporta que este deseo se intensifica notablemente. El uso de ropa ligera, la disposición de más tiempo libre y el auge de la vida social durante las vacaciones crean un contexto fértil para la infidelidad.
Durante los meses de verano, la actividad en la plataforma Gleeden aumenta entre un 20 y un 30%. De hecho, el 49% de las personas encuestadas afirma tener más encuentros sexuales en verano que en otras estaciones. Silvia Rúbies, vocera de Gleeden para España y Latinoamérica, señala que un 89% de los usuarios considera que la ropa ligera es un detonante clave del deseo estacional.
¿Cuántas personas han sido infieles en vacaciones?
“La infidelidad veraniega está muy vinculada con la oportunidad y la evasión”, explica Rúbies. Para muchas personas, las vacaciones funcionan como un paréntesis vital en el que se sienten más libres para transgredir las normas. El 65% de los encuestados dijo haber sido infiel durante unas vacaciones de verano, ya sea buscando encuentros a escondidas mientras viajaban con su familia (52%) o aprovechando la ausencia temporal de su pareja (23%).
Entre los factores que más incitan a las infidelidades están la sensación de libertad que brinda el verano (28%), el mayor tiempo libre (27%) y la exposición corporal (25%). Según la psicóloga Lydia Parrilla, experta en terapia sexual y de pareja, el entorno vacacional reactiva el deseo: “Salimos de la rutina que adormece el deseo sexual, y el ambiente festivo, la ropa ligera y el sudor —que actúa como estímulo olfativo— disparan nuestra libido”.
En cuanto a la duración de estas aventuras, algunas se disuelven con el fin de las vacaciones, mientras que otras se extienden gracias al uso de redes sociales y plataformas en línea. La experta aclara que existen diversos perfiles psicológicos entre quienes son infieles: desde quienes solo buscan la emoción de seducir hasta quienes necesitan mantener un vínculo emocional paralelo.
Salir de la rutina laboral y doméstica no solo permite descansar, sino también —para muchas personas— abrir la mente y explorar otras formas de conexión. Por eso, las infidelidades en verano no son solo una coincidencia estacional, sino un patrón que algunos repiten año tras año.
Con información de EFE.