Redacción
Sean Penn es lo opuesto a otros colegas de profesión como Hugh Jackman, Jeff Goldblum y Keanu Reeves, esos actores con cero haters y a los que todo el mundo ama. De hecho, si hiciéramos una lista con esos intérpretes con extra de haters, Penn estaría en las primeras posiciones.
Hay frases legendarias que han dado pie a grandes polémicas como la de Val Kilmer contra Tom Siemore o el enfrentamiento entre Mickey Rourke y Robert De Niro y luego está Sean Penn. Una de sus últimas hazañas, además de que Sean Penn se haya metido con Nicolas Cage, es una, en apariencia, inofensiva entrevista concedida a ‘The Independent’ durante la promoción de su película ‘El día de la bandera’, protagonizada junto a su hija Dylan. En ella, ha dicho: “Creo que, a mi juicio, los hombres se han feminizado enormemente. Dejan sus vaqueros para ponerse falda por la existencia de unos genes cobardes.”
Durante la misma charla, Penn aseguró: “No creo que ser un bruto o tener insensibilidad o falta de respeto hacia las mujeres tenga nada que ver con la masculinidad o lo haya tenido alguna vez. No creo que para ser justos con las mujeres debamos convertirnos en ellas”. Y continuó: “Tengo mujeres muy fuertes en mi vida que no se toman la masculinidad como un signo de opresión hacia ellas”, comentó el actor.
Esas declaraciones reviven la imagen de Sean Penn como provocador empedernido. Ganador de dos Oscars por ‘Mystic River’ y ‘ Mi nombre es Harvey Milk’, Penn construyó una carrera marcada por personajes con cierto compromiso político. Interpretó a Harvey Milk, activista gay, y utilizó su triunfo como plataforma para defender los derechos LGTBIQ+.
La trayectoria personal de Penn ha sido igualmente turbulenta. En los años 80 recibió condenas por agresiones: en 1987 fue sentenciado a 60 días de cárcel por golpear a un extra durante el rodaje de ‘Colors: Colores de guerra’; también fue acusado de atacar a periodistas que lo fotografiaban con Madonna, su entonces esposa.
A pesar de ello, Penn también es conocido por su activismo humanitario. Participó activamente en labores de rescate tras el huracán Katrina en Nueva Orleans en 2005 y fundó la organización de ayuda tras el terremoto en Haití en 2010, siendo nombrado embajador itinerante por el gobierno haitiano.
Desde su film debut en los 80 en ‘Taps, más allá del honor’ pasando por su fama en ‘Aquel excitante curso’, hasta papeles dramáticos como ‘Hombres frente a frente’, ‘Yo soy Sam’ y ‘La delgada línea roja’, una de las mejores películas de guerra de la historia del cine, su carrera siempre ha estado unida a un perfil intenso. En los últimos años, además de realizar declaraciones incendiarias, ha alternado su papel como actor, director (‘Hacia rutas salvajes’) y activista.