OPINIÓN
Del Plato a la Boca…
Por: La Purga
La tragedia que azotó a la comunidad de Nogales, en Tolimán, Querétaro, tras las intensas lluvias, muestra un desplome innegable de infraestructuras clave: un puente vehicular y dos peatonales colapsaron, mientras desprendimientos en la carretera aislaron la zona casi por completo. ¿La reacción de las autoridades municipales? Cero. Ni una sola presencia, ni un pie en el lodo, ni una palabra de solidaridad. Así de frío e ineficiente.
Por contraste, el gobernador Mauricio Kuri aceleró: ayer anunció una inversión de 30 mdp para reparar los daños y, esta mañana, supervisó personalmente el arranque de obras en Tolimán. Una respuesta visible, con bocina técnica, recursos públicos y presencia física. Una agenda de trabajo que repercute positivamente en la mirada ciudadana.
En cambio, el presidente municipal Alejo Sánchez sigue en silencio. Ignoró el anuncio previo, no estuvo al tanto de la visita del gobernador, y mucho menos ha pisado los puntos críticos en Nogales. Quienes se mueven en pasillos políticos aseguran que el alcalde presume que Tolimán “no necesita nada ni a nadie”. El resultado real: no ha gestionado recursos estatales ni federales desde que asumió. Cree —erróneamente— que todo caerá del cielo.
Contextualización y valoraciones
Es un patrón conocido: la lluvia no es causa, es catalizadora de indicadores estructurales rotos en Querétaro. En episodios recientes, como los que dejaron casas dañadas y deslizamientos en San Juan del Río y Tequisquiapan, el gobierno estatal ha respondido con maquinaria, albergues y acciones sanitarias; el verde en la tabla de surf gubernamental, sin embargo, queda opacado por los hechos.
Por ello, no basta con bombas de palabras; hace falta coordinación, previsión y responsabilidad de todas las autoridades, sin excepción. El contraste entre ejecución estatal y abandono municipal no es anecdótico: evidencia una falla en la gobernabilidad local.
Declaraciones que suman perspectiva
Protección Civil estatal y Salud ya han desplegado brigadas médico-epidemiológicas en zonas afectadas, brindando apoyo en salud pública y supervisando calidad de agua y albergues móviles.
Senadores del PRI han pedido retomar fondos como el Fonden para responder a desastres naturales urgentes, subrayando la urgencia de recuperar estos instrumentos ante la insuficiencia de recursos locales.
Y en municipios vecinos, surge una voz unánime: no hay obras preventivas, no hay coordinación activa. Y la gente lo siente cada día.
¿Qué ocurre en Tolimán?:
Un puente colapsado no es un accidente, es un síntoma. Revela la fragilidad de los sistemas de drenaje, mantenimiento y monitoreo que deberían haber existido.
El gobernador cumplió, el alcalde ignoró. Y esa desincronía afecta directamente la vida de las personas.
Las lluvias de temporada volverán. La pregunta es: ¿será Sánchez capaz de tomar nota tercera vez, aprender, gestionar fondos, explicar, aparecer? O seguirá aislado en su zona de confort.
Los habitantes de Nogales no están pidiendo favores, sino justicia administrativa: presencia, gestión y acción. No quieren selfies, pero sí resultados, coordinación y transparencia.
Y mientras eso no ocurra, seguirá siendo cierta la frase que duele: “No están dormidos, simplemente no les importa”.