Redacción
En 2019 científicos de la Institución Oceanográfica de Woods Hole, junto con la Universidad de Columbia, hallaron una enorme franja de agua dulce bajo el océano que se extendía desde Massachusetts hasta Nueva Jersey, gracias al uso de ondas electromagnéticas.
Ahora, seis años después, se han encontrado más pruebas que confirman su presencia, pues un equipo internacional de científicos que forman parte del proyecto Expedición 501, salió en busca de respuestas y tras pasar tres meses en alta mar las han obtenido.
En mayo partieron de Bridgeport, Connecticut, en un barco equipado con una plataforma de perforación y durante el verano exploraron entre 300 y 400 metros bajo el lecho marino, en diferentes puntos del Atlántico, para extraer sedimentos y recopilar muestras de agua frente a la costa de Estados Unidos.