Redacción
Relajada desde la sala de su casa en Cuernavaca, Regina Orozco dice que ‘éxito’ es un concepto “muy toqueteado, muy amañado”, pero si tuviera que definirlo desde una perspectiva personal, no diría que es recibir un premio o la ovación de un auditorio. Es “gozar a los amigos, a la música, tratar de estar en el momento… soy abuela de una nieta de cuatro meses. ¡Qué belleza!”.
La soprano y actriz, considerada referente del arte nacional por su versátil y laureada trayectoria, habla con MILENIO sobre el reciente concierto que dio a beneficio de la Costa Chica de Guerrero. Pero también sobre el reguetón, las redes sociales y ese ‘sube y baja’ emocional implícito en su labor creativa.
¿Qué responsabilidad siente Regina Orozco con la sociedad?
Ante un mundo que a diario emana noticias trágicas o de confrontación, Regina no pierde la esperanza: “Siempre la hay”.
“Los millenials luego dicen ‘El mundo está horroroso’, pero la verdad no existen blancos ni negros totalmente”, afirma.
Pone como ejemplo al mandatario estadunidense Donald Trump, quien hace cosas “de terror”, aunque eso provoca una reflexión social por parte de algunos estadunidenses hacia su entorno.
De otra situación ríspida actual, el conflicto en la Franja de Gaza, dice que es una “tragedia” que se siente “fuerte” por todo lo que se difunde en redes. Y “pasa que ahorita uno se siente amarrado de manos, incapaz de ir, a lo mejor una donación… Entonces, haces lo que puedes”.
Lo que ella puede: prestar su talento para obras altruistas. Como el concierto que dio el domingo pasado en el Centro Cultural Roberto Cantoral; en compañía de Astrid Hadad, Horacio Franco, Celso Duarte y otros talentos, cantó en pos de recaudar fondos para la Costa Chica de Guerrero, afectada por el Huracán Erick.
“Fue un acto de amor que convocó Alejandra Robles. Ella es de la Costa Chica, conoce a su gente, y convocó a pura gente amorosa, cantantes que amo con todo mi corazón, Son más de 68 comunidades afectadas y es poder ayudar a algunas familias. También le dije a Alejandra y a Susana Harp que vayamos con ellos, que cantemos con la gente. ¡Armar un fandango!”.