Redacción
En un acontecimiento que diversos sectores y grupos de la sociedad mexicana consideraron un acto de justicia, la Ruta Wixárika por los caminos sagrados a Wirikuta. Tatehuarí Huajuyé fue inscrita ayer en la lista de patrimonio mundial de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Cultura y la Ciencia (Unesco, por sus siglas en inglés).
La resolución fue tomada durante la 47 sesión del Comité del Patrimonio Mundial que se celebra en la sede de aquel organismo internacional en París, Francia, desde el pasado 6 y hasta el 16 de julio.
Esto marca un hito para México sobre justicia para los pueblos indígenas y el reconocimiento de las prácticas tradicionales que protegen al planeta, destacó la Unesco en un comunicado.
La propuesta presentada por la representación mexicana fue aprobada de manera unánime y sin enmiendas por los Estados parte de ese organismo internacional.
Testimonio de una tradición viva
En el análisis de la propuesta se consideró que la citada ruta es un testimonio excepcional de las tradiciones culturales vivas del pueblo wixárika y representa una de las tradiciones espirituales más perdurables de Mesoamérica.
También se reconoció que “manifiesta una cosmovisión espiritual viva basada en la reciprocidad, que refuerza la identidad cultural, mantiene la agrobiodiversidad y asegura el éxito del ciclo agrícola tradicional conocido como ‘milpa’.
El peyote, el águila real, el venado y el maíz son seres sagrados honrados durante la peregrinación. El paisaje y sus atributos forman un mapa espiritual cohesionado, utilizado activamente por líderes ceremoniales y familias.
Durante la evaluación, además se tomó en cuenta que la citada peregrinación wixárika se practica anualmente con amplio consenso comunitario. Todos los componentes son esenciales para el ciclo ritual. Sin embargo, existen vulnerabilidades, como presiones mineras y limitaciones de acceso por propiedad privada, que pueden afectar el uso ritual pleno.
Asimismo, se contempló que ese bien cultural cuenta con protección legal nacional, incluyendo el Decreto federal de sitios sagrados (2023), reformas a la Ley Minera y la Constitución Mexicana.
Estos marcos protegen los paisajes sagrados, los derechos indígenas y la continuidad cultural. También consagran el reconocimiento constitucional de los territorios y prácticas espirituales indígenas. El sistema de gestión está coordinado por el Consejo Wixárika en colaboración con agencias estatales y federales.
Por último, se mencionó que el Plan de Manejo Integral (2024-2030) incluye mecanismos de consentimiento libre, previo e informado, gobernanza comunitaria y cooperación interinstitucional.
Con esta inscripción en la lista de la Unesco, el pueblo wixárika corona una tenaz y compleja lucha de casi 30 años en defensa de sus territorios y prácticas sagradas y rituales.